CRISTO SUFRIÓ MURIÓ.... PARA COMPLACER A SU PADRE CELESTIAL

CRISTO SUFRIÓ Y MURIÓ….
PARA COMPLACER A SU PADRE CELESTIAL

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Isaías 53:10

Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:2

Jesús no forcejeó con su airado Padre y lo echó al suelo del cielo para sacarle la fusta de su mano. No lo forzó a ser misericordioso con la humanidad. Su muerte no fue el consentimiento de mala gana de Dios de ser indulgente con los pecadores. No, lo que Jesús hizo cuando sufrió y murió fue idea del Padre. Fue una estrategia asombrosa, concebida aun antes de la creación, a la vez que Dios concebía y planeaba la historia del mundo. Por esto es que la Biblia habla del «propósito... y la gracia [de Dios] que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos» (2 Timoreo 1:9).

Ya en las Escrituras judías el plan se desarrollaba. El profeta Isaías predijo los sufrimientos del Mesías, quien iba a tomar el lugar de los pecadores. Dijo que el Cristo sería «herido de Dios» en nuestro lugar.

Ciertamente llevó EI nuestras enfermedades, y sufrió nuestros
dolores; y nosotros lo tuvimos por azotado, por herido de Dios  y
abatido. Mas ÉI herido fue por nuestras "rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El. Y por su
llaga fuimos nosotros curados... Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová
cargó en él el pecado de todos nosotros (Isaías 53:4-6).

Pero lo que es más asombroso acerca de esta sustitución de Cristo por los pecadores es que ésta fue idea de Dios. Cristo no interfirió en el plan de Dios de castigar a los pecadores. Dios planeó que Él estuviera allí. Un profeta del Antiguo Testamento dice: «Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento» (Isaías 53:10).

Esto explica la paradoja del Nuevo Testamento. Por una parte, el sufrimiento de Cristo fue la única vía de escape de la ira de Dios a causa del pecado. Pero por otro lado, el sufrimiento de Cristo es un acto hermoso de sumisión y obediencia a la voluntad del Padre. Por eso Cristo gritó desde la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mateo 27:46). Y sin embargo la Biblia dice que el sufrimiento de Cristo fue una fragancia para Dios: «Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante» (Efesios 5:2).


¡Oh, que podamos adorar la terrible maravilla del amor de Dios! Esto no es sentimental. Esto no es sencillo. Por nosotros Dios hizo lo imposible: vertió su ira sobre su propio Hijo, cuya sumisión lo hizo infinitamente desmerecedor de recibirlo. Sin embargo, la misma disposición del Hijo por recibirla fue preciosa a los ojos de Dios. El portador de la ira era amado infinitamente.


CRISTO SUFRIÓ Y MURIÓ... PARA SATISFACER LA IRA DE DIOS

CRISTO SUFRIÓ Y MURIO…

PARA SATISFACER LA IRA DE DIOS.

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero) Gálatas 3:13

A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. Romanos 3:25

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10



Si Dios no fuera justo, no hubiera habido demanda que su Hijo sufriera y muriera. Y si Dios no fuera amoroso, no hubiera habido disposición para que su Hijo sufriera y muriera. Pero Dios es tanto justo como amoroso. Por consiguiente su amor está dispuesto a satisfacer las demandas de la justicia.

La ley de Dios demandaba: «y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas» (Deuteronomio 6:5). Pero todos hemos amado otras cosas más. Esto es lo que es el pecado: deshonrar a Dios prefiriendo otras cosas antes que a Él, y actuar conforme a esas preferencias. Por consiguiente, la Biblia dice: «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23). Glorificamos lo que más disfrutamos. Y eso no es Dios.

Por lo tanto, el pecado no es algo pequeño, porque no es contra un Soberano pequeño. La seriedad de un insulto aumenta según la dignidad del insultado. El Creador del universo es infinitamente digno de respeto y admiración y lealtad. Por consiguiente, dejar de amarlo no es cosa trivial: es traición. Esto difama a Dios y destruye la felicidad humana.

Puesto que Dios es justo, no esconde estos crímenes bajo la alfombra del universo. Siente una ira santa contra ellos. Merecen ser castigados, y Él ha dejado esto bien claro: «Porque la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23). «El alma que pecare, esa morirá» (Ezequiel 18:4).

Hay una maldición santa que pende sobre todo pecado. No castigar sería injusto. Sería aceptar la degradación de Dios. Una mentira reinaría en el corazón de la realidad. Por tanto, Dios dice: «Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas» (Gálatas 3:10; Deuteronomio 27:26).

Pero el amor de Dios no descansa con la maldición que pende sobre toda la humanidad pecadora. No está contento en mostrar la ira, no obstante cuán santa sea ésta. Por lo tanto Dios envía a su propio Hijo para absorber su ira y llevar sobre sí la maldición por todos los que confían en Él. «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición» (Gálatas 3: 13).

Este es el significado de la palabra «propiciación» en el texto citado arriba (Romanos 3:25). Se refiere a la eliminación de la ira de Dios mediante el suministro de un sustituto. El sustituto es proporcionado por Dios mismo. El sustituto, Jesucristo, no solo cancela la ira; la absorbe y la traslada de nosotros a sí mismo. La ira de Dios es justa, y fue aplicada, no suspendida.

No tratemos con ligereza a Dios ni trivialicemos su amor. Nunca nos asombraremos de que Dios nos ama hasta que nos demos cuenta de la seriedad de nuestro pecado y la justicia de su ira contra nosotros.

Pero cuando, por gracia, despertamos a nuestra indignidad, entonces podemos mirar al sufrimiento y la muerte de Cristo y decir, «En esto consiste el amor de Dios, no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en  [absorbente de ira] propiciación por nuestros pecados» (1 Juan 4:10).

Tomado de la Pasión de Jesucristo, por John Piper.


LA FE DE ABRAHAM

LA FE DE ABRAHAM

10/2/2014 


Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos.  Hebreos 11:17-19

La obediencia de Abraham requirió una gran fe. Estuvo dispuesto a obedecer a Dios porque creía que Dios podía resucitar a los muertos, aunque nunca había visto que los muertos resucitaran. Creía que Dios era tan fiel a su Palabra y a su carácter que, si hacía una promesa, resucitaría aun a los muertos para cumplirla. ¿Es acaso asombroso que sea el ejemplo humano más grande de fe?

El apóstol Pablo también comentó sobre la fe de Abraham: “Los que son de fe, éstos son hijos de Abraham... Los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham” (Gál. 3:7, 9). Cualquiera que vive por la fe en Dios es en un sentido espiritual hijo de Abraham. Él es el padre de los fieles. La historia de Abraham nos dice que un hombre puede pasar por la más severa prueba de la vida imaginable si confía en Dios, creyendo que cumplirá su promesa y logrará sus propósitos sin cometer un error.

UNA FUENTE INAGOTABLE

UNA FUENTE INAGOTABLE

9/25/2014 


Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido.
1 Pedro 1:22
Los cristianos tenemos la gran responsabilidad de amar a los demás, pero ¿cómo la cumpliremos? Comprendiendo nuestro recurso.

El amor está a nuestro alcance, y es nuestra culpa si no aprovechamos el recurso necesario. Tenemos que someternos al Espíritu y aprender a amar. Debemos purificar nuestro corazón confesando nuestro pecado y comprender la urgencia de atraer a otros a Cristo mediante nuestro amor. Tenemos que tomar una decisión consciente de amar a los demás, tener comunión con otros creyentes y pensar en los demás y no en nosotros mismos. Y debemos considerar el efecto de amar a otros. El amor que se da inevitablemente regresa.
Cuando Dios lo salvó a usted, Él lo hizo una nueva criatura con la capacidad de cumplir la deuda del amor. La fuente del amor es inagotable. Usted tiene el privilegio de representar a Dios en el mundo amando a los demás como Él los amó y recibir amor a cambio.

SOMÉTASE AL ESPÍRITU

SOMÉTASE AL ESPÍRITU

9/23/2014 


El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Romanos 5:5
Tiene que darle al Espíritu Santo el control absoluto de su vida. Usted puede aferrarse a los sentimientos de ira, amargura, ansiedad y odio contra alguien, o puede rendirlos al Espíritu de Dios. Cuando usted se somete al Espíritu Santo, Él toma el control de su vida y sustituye la amargura con el amor y la venganza con el afecto. Pablo dijo: “Acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros” (1 Ts. 4:9).

Si usted ha nacido de nuevo esta capacidad para amar a los demás ya está en usted; solo tiene que comprender ese recurso. Si usted se somete al Espíritu Santo, Él lo enseñará a amar.

JESUCRISTO: EL REGALO PERFECTO

Jesucristo: El regalo perfecto

11 de septiembre de 2014
Tratamos de hacer regalos que sean significativos, pero no siempre tenemos éxito. Pero el regalo de Dios —su Hijo Jesucristo— es siempre el regalo perfecto para todo el mundo. Este regalo fue:
Enviado del cielo. El Señor Jesús fue enviado al mundo para cumplir el plan de Dios (Jn 6.38). Cada aspecto de su vida fue parte del regalo que el Padre celestial tiene para nosotros.
Necesario. Dios nos dio a su Hijo para salvarnos. El pecado arruinó al género humano (Ro 3.23) y nos puso bajo la condenación divina (Ro. 5.18). Puesto que no somos capaces de pagar el precio debidamente exigido por Dios por nuestro pecado, nuestra mayor necesidad ha sido siempre la de un Salvador que pudiera pagar nuestra deuda de pecado por nosotros (Ro. 6.23). Solamente el Señor Jesús estuvo calificado para hacerlo, porque estaba libre de pecado. Se convirtió en nuestro Redentor al reconciliarnos con Dios Ro. (5.10).
Sacrificado. Dios envió a Jesús a morir en nuestro lugar para que pudiéramos llegar a ser parte de su familia. El Hijo sacrificó voluntariamente su vida para llevar a cabo el plan del Padre.
Perfecto. Jesús fue Dios en carne humana que caminó en medio de los hombres. Su carácter y su voluntad son impecables, y actúa de manera perfecta a favor nuestro (Ro. ).
8.28, 29
Precioso. Jesucristo tiene el poder de hacer por nosotros lo que no puede hacer ninguna cosa material u otra persona. En Él, llegamos a ser nuevas criaturas que pertenecemos a Dios (2 Co 5.17).
Dios envolvió en carne humana su regalo especial para que podamos conocerle e identificarnos con Él.

CONFORTÉMONOS UNOS A OTROS

CONFORTÉMONOS UNOS A OTROS

9/10/2014 


Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.
Hebreos 10:24
Dios quiere que sus hijos se conforten unos a otros. Pablo el apóstol, cuando comenzó su carta a los creyentes de Roma, les aseguró que deseaba visitarlos no solo para confortarlos, sino para ser confortado por ellos: “…para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí” (Ro. 1:12). Antes de eso, había descrito a Timoteo y se había descrito a sí mismo a los corintios como colaboradores “para vuestro gozo” (2 Co. 1:24).
Si en realidad es discípulo de Cristo, ha de ser una obligación y un gozo para usted estimular a otros creyentes al amor y a las buenas obras, como enseña el versículo de hoy.

LA CASA EDIFICADA SOBRE LA ROCA

La casa edificada sobre la roca

8/27/2014 

No cayó, porque estaba fundada sobre la roca. (Mateo 7:25)

La casa fundada sobre la roca representa la vida de obediencia espiritual. Es la vida que tiene una perspectiva bíblica de sí mismo y del mundo, como se describe en las Bienaventuranzas de Cristo en el Sermón del Monte. Es la vida que se preocupa más por la justicia interna que por la forma externa. Es una vida de autenticidad y no de hipocresía, y de justicia de Dios en vez de justicia propia.

La casa fundada sobre la roca describe la vida que se deshace del orgullo y de las buenas obras humanas y es humilde y contrita debida a su propio pecado. Tal vida procura, con la ayuda del Espíritu, entrar por la puerta estrecha de la salvación y ser fiel al camino angosto de Cristo y de su Palabra. La vida edificada sobre la roca confía en la voluntad de Dios y espera en su Palabra por encima de todo. ¿Dónde descansa su esperanza y dónde radica su confianza?

LOS FRUTOS ESPIRITUALES

Los frutos espirituales

8/19/2014 

No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. (Mateo 7:18)

Un árbol frutal puede ser hermoso y decorativo, y dar una sombra refrescante en el verano. Pero su principal propósito es dar frutos, y por tanto se le juzga por lo que produce y no por lo que aparenta. De igual manera, a cualquiera que diga que habla en nombre de Dios se le ha de juzgar por su vida, no simplemente por su apariencia ni por sus palabras.

A veces los falsos profetas pueden engañar incluso a los cristianos genuinos. Si se vuelve descuidado respecto a la Palabra de Dios, perezoso en cuanto a la oración e indiferente acerca del reino de Dios, es fácil que lo engañe un maestro talentoso, ameno y con facilidad de palabra que aparenta ser ortodoxo.

Por lo tanto, es importante que siga vigilante y preparado. Los malos frutos de un árbol malo son sencillamente inaceptables, sin que importe cuán bueno puedan ambos parecer. Se les debe examinar con cuidado (vea He. 5:14).

Pero para el creyente de experiencia hay una verdadera garantía en las palabras de Jesús: “por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:20). No hay por qué ser engañado si se observa cuidadosamente.

SABIDURÍA PARA LA VIDA

Sabiduría para la vida

8/13/2014 

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8)

Tener la sabiduría de Dios está entre las mayores necesidades que tenemos. La sabiduría de Dios nos ayuda a tomar decisiones prudentes a lo largo de nuestra vida cristiana; a optar por el camino de Dios y rechazar el camino del mundo en toda situación.

La Biblia presenta muchos mandamientos y principios para la vida cristiana, pero no es un manual exhaustivo de métodos y reglas para toda situación concebible. Eso no sería muy práctico, e impediría que confiáramos solamente en Dios. Él quiere que leamos su Palabra cada día de modo que podamos conocer sus principios para una vida recta y que podamos orar sabiamente pidiendo dirección cuando tenemos que tomar decisiones difíciles.

En las Escrituras el Señor presenta a los creyentes la verdad suficiente para vivir de manera responsable, y su­ficiente misterio para llevarlo a Él en la oración con­fiada: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Stg. 1:5).

DISCÍPULO DE CRISTO

DISCÍPULO DE CRISTO

8/12/2014 


Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos...? (Lucas 14:28)

No se puede pagar nada para ganar la salvación; pero vivir para Cristo es un asunto serio del discipulado. Ser cristiano significa confiar en el poder de Cristo y no en el suyo propio, y estar dispuesto a dejar su propio camino por el de Cristo.

Ser cristiano puede resultar en sufrir persecución, burlas y tribulación. Jesús advirtió a los discípulos: “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn. 15:20).

Pero con su advertencia acerca del costo del dis­ci­pu­lado, el Señor prometió que usted se regocijará “y nadie [le] quitará [su gozo]” (Jn. 16:22). Y también les dijo a sus discípulos: “pero confiad, yo he vencido al mundo” (16:33).

Usted no escapará de las dificultades del discipulado, pero Cristo lo capacitará para que las resuelva.

EL GOZO VERDADERO

6 DE AGOSTO

ESCRITURA:“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (Hechos 4:32).
TESORO BÍBLICO:
Usted puede saber mucho acerca de una persona por lo que le entristece, alegra y enoja. ¿Correcto? En muchas ocasiones esto puede ser la escasez de abundancia de posesiones o riquezas. Sin embargo, cuando una persona tiene el gozo del Señor, nada puede robarle ese gozo. 
¿Ha aprendido a tener gozo en el Señor y no en las cosas de este mundo? ¿Se mantiene sin aferrarse a las cosas de este mundo? Si no, pueda ser que Dios le enseñe a hacerlo. Para confiar completamente en el Señor, primero, debe existir una confianza que depende del Señor. Segundo, debe existir una comunión que se regocija en el Señor. Tercero, debe existir un compromiso que transfiere las cargas al Señor.
PUNTO DE ACCIÓN:¿Dónde esta su confianza: en sus posesiones, su posición, su auto-estima? ¿Cuánto tiempo invierte diariamente en comunión con el Señor? ¿Cómo definiría su compromiso de confiar en Dios en toda área de su vida?
TOMADO DE LA PÁGINA: EL AMOR QUE VALE.

ENTRAR POR LA PUERTA

Entrar por la puerta

8/5/2014 

Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia. (Tito 3:5)

Cuando usted entra por la puerta estrecha de la salvación, tiene que pasar solo. Tal vez una puerta de torniquete represente mejor el concepto de la puerta estrecha. Solo una persona a la vez, sin equipaje, puede pasar por una puerta de torniquete. Dios ha ordenado que las personas entren en su reino individualmente, no en grupos. Usted no puede aprovecharse de lo que haya logrado su iglesia, su familia o sus amigos, sin que importe cuán espirituales sean.

La puerta de Dios es tan angosta que además de pasar por ella solo, tiene que ir desnudo. No puede pasar por la puerta vestido de pecado y terquedad. Como dijera el himno: “Nada en la mano llevo, sino que a tu cruz me aferro”. Ese es el camino de la cruz, que es el evangelio. Y el evangelio es la puerta estrecha, que implica negación de sí mismo. Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mt. 16:24-25).

REPROGRAMADA PARA LA JUSTICIA

Reprogramada para la justicia

7/31/2014 

En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. (Salmos 119:11)

Una vez un hombre me dijo: “Me entregué a Cristo, pero sigo teniendo mucha basura en mi mente. ¿Cómo puedo limpiarla?” Le respondí: “Su mente ha sido programada por el mundo durante mucho tiempo, de modo que está llena de suciedad. Por lo tanto, hay que reprogramarla, limpiarla por completo”.

La única forma de reprogramar su mente con la justicia de Dios es leyendo la Palabra de Dios, estudiándola y meditando en ella. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Col. 3:16).

Si usted es cristiano, y se somete al Espíritu Santo mientras estudia la Biblia, tendrá una mente reprogramada que se concentre en la justicia de Dios y que lo ayude a vivir conforme a ella (Ro. 12:1-2; Fil. 4:8).

¿QUIÉN ES SU PRÓJIMO?

¿Quién es su prójimo?

7/30/2014 

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Mateo 22:39)

Jesús respondió a la pregunta del abogado judío “¿Y quién es mi prójimo?” con la parábola del buen samaritano (Lc. 10:30-37). En esa conocida historia, a un judío se lo golpea y se lo deja por muerto en el camino. Un samaritano compasivo salva al hombre, aunque por lo regular los samaritanos y los judíos se odiaban.

La moraleja de la historia es que el prójimo es cualquiera que se cruza en nuestro camino con una necesidad. ¿Habría reaccionado usted como reaccionó el samaritano si se hubiera encontrado al hombre herido a la orilla del camino? Espero que usted no hubiera pasado de largo, como hicieron el sacerdote y el levita de la historia.

La lección de la parábola no es que usted se detenga y ayude a alguien a quien se le haya desinflado un neumático, o que tenga que darles dinero a todos los mendigos que se encuentre. Pero Dios quiere que sea sensible ante semejantes situaciones y esté dispuesto a ayudar si piensa que su ayuda es la única que la persona pueda recibir. En otras palabras, siga la regla de oro: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mt. 7:12).

VENCER CON EL BIEN EL MAL

Vencer con el bien el mal

7/29/2014 


No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. (Romanos 12:21)

Devolver bien por mal es una de las obligaciones más difíciles de un cristiano. Pero desde la época del Antiguo Testamento, esa ha sido la orden de Dios para el creyente: “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará” (Pr. 25:21-22).

La expresión “ascuas amontonarás sobre su cabeza” se refería a una antigua costumbre egipcia. Una persona que quería mostrar arrepentimiento público llevaba sobre la cabeza una sartén de carbones encendidos para simbolizar el ardiente dolor de su vergüenza y de su culpa. Cuando usted ama a un enemigo tanto como para esforzarse por satisfacer sus necesidades, espera avergonzarlo por el odio que le tiene a usted.

A fin de evitar ser vencido por el mal que se le ha hecho, en primer lugar no debe dejar que lo agobie. En segundo lugar, no debe permitir que lo opriman sus propias reacciones indebidas. En ambos casos, el mal mismo debe ser vencido por el bien.

En todo recuerda que Jesús es tu ayuda y de Él viene el poder.

DEBE REGIR LA HUMILDAD

Debe regir la humildad

7/25/2014 

No seáis sabios en vuestra propia opinión. (Romanos 12:16)

Los cristianos presumidos y egoístas son una seria contradicción. Si hemos de seguir a Cristo debemos someternos a la voluntad de Dios como se presenta en su Palabra. Cualquier confianza que usted tenga en sí mismo, en su propia sabiduría o en sus talentos naturales debe subordinarse a los mandatos del Señor.

De ninguna manera debe ser presumido, ni en ningún sentido considerarse mejor que los demás creyentes. Más bien Dios quiere que usted acepte y abrace a cada miembro del cuerpo de Cristo: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil. 2:4).

EL AMOR PERFECTO DE DIOS

El amor perfecto de Dios


24 de julio de 2014
Fuimos creados para ser miembros de la familia de Dios y recibir su amor perfecto. De hecho, por el sacrificio de su Hijo Jesucristo, Él demostró lo mucho que nos ama.
Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, nos convertimos en hijos de Dios y experimentamos su amor incondicional. El amor que Dios nos tiene no varía en calidad ni cantidad. Nunca terminará, y ni aun disminuirá. Ninguna circunstancia puede hacer que el Señor deje de amarnos. Varios relatos del Nuevo Testamento ejemplifican esto:
• Pensemos en el centurión romano que le pidió a Jesús que sanara a su criado. ¿Fue ignorada la petición del soldado, porque no era uno del pueblo elegido de Dios —los judíos? No. Al ver la fe genuina del hombre, el Señor le concedió su petición por amor a él (Lc 7.2-10).
• Jesús dio su perdón al ladrón en la cruz, que puso su fe en Él (Lc 23.39-43 ).
• Antes de su conversión, Saulo de Tarso estaba convencido de que Jesús no era el Mesías prometido, y de que sus seguidores debían ser reprimidos. Por eso, el futuro apóstol Pablo persiguió a los judíos cristianos, y profirió amenazas de muerte contra la iglesia. El amor de Dios no dejó fuera ni siquiera a un enemigo de sus hijos. En el camino de Damasco, el Señor se le apareció con un ofrecimiento de salvación, y le encomendó un gran trabajo —la evangelización de los gentiles (Hch 9.15).
La mente humana no puede comprender plenamente el amor divino. En Cristo, los ladrones, los perseguidores y quienes puedan parecer los menos probables, son todos amados por igual.

NO SE PERMITE EL FAVORITISMO

No se permite el favoritismo

7/23/2014 

Porque no hay acepción de personas para con Dios. (Romanos 2:11)

Es pecado que un cristiano muestre favoritismo con las personas. Es decir, no debe estar prejuiciado ni a favor ni en contra de otra persona basándose en posición social, riqueza, influencia, po­pu­laridad o apariencia física.

La más clara y más práctica enseñanza neotestamentaria acerca de la imparcialidad está en la carta de Santiago a los creyentes:
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida… ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pen­sa­mien­tos? …pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores (2:1-4, 9).

Si Dios nunca obra con favoritismo, ¿no debiera procurar usted el mismo carácter virtuoso, “no haciendo nada con parcialidad” (1 Ti. 5:21)?

COMPARTIR LA TRISTEZA DE LOS DEMÁS

Compartir la tristeza de los demás

7/22/2014 

Llorad con los que lloran. (Romanos 12:15)

Dios quiere que sea sensible ante las tristezas o dificultades de los demás. Eso es compasión, que por definición va más allá del deber de solidarizarse o simpatizar con alguien. Quiere decir en realidad entrar en el sufrimiento ajeno.

Dios es un Dios compasivo (Dt. 4:31), tanto que la Biblia dice que “nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana” (Lm. 3:22-23). El Hijo de Dios era genuinamente compasivo, mostrando la compasión del Padre cuando lloró con María y Marta ante el sepulcro de su hermano Lázaro (Jn. 11:35).

Si usted es hijo de Dios, ¿cómo puede menos que demostrar el carácter compasivo de su Señor? “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Col. 3:12).

NEGARSE A SER SEDUCIDO

Negarse a ser seducido

7/9/2014 

Absteneos de toda especie de mal. (1 Tesalonicenses 5:22)

El aborrecimiento del mal lleva a la abstinencia de él. No se puede tener algún interés en el pecado y evitar caer en él. Negándose a ser seducido por la tentación, el justo sabe que “en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Sal. 1:2).

No se puede buscar la justicia y al mismo tiempo tolerar el mal. Por eso Pablo dio a Timoteo y a todos los creyentes este mensaje: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Ti. 2:22).

EL PAPEL CENTRAL DE LA CRUZ

El papel central de la Cruz

8 de julio de 2014
En el tiempo de Jesús, la crucifixión era utilizada por el gobierno romano como un método de ejecución de criminales. Pero Dios transformó la cruz en un símbolo que une a los cristianos de todo el mundo. Es la esencia de lo que creemos, y sirve como eje central del mensaje del evangelio. Cuando reflexionemos en la cruz, pensemos en…
Jesús y su vida perfecta. Nuestro Salvador dejó el cielo para morar en la tierra y convertirse en uno de nosotros. Mientras estuvo aquí, llevó a cabo obedientemente la obra que el Padre le encomendó (Jn 5.19). Por su vida perfecta, solamente Él estuvo calificado para ser nuestro sustituto y recibir el castigo de Dios por nuestros pecados.
La crucifixión. Cristo fue a la cruz para reconciliarnos con Dios. Sufrió una muerte dolorosa por nosotros, y por medio de su sacrificio nuestra deuda de pecado ha sido pagada, y nada más se necesita para nuestra salvación.
La resurrección y la ascensión. Al tercer día después de haber sido sepultado, Dios levantó al Señor Jesús de los muertos. El sacrificio del Salvador en la cruz fue aceptado como el pago por nuestros pecados, y el camino al cielo fue abierto para todos los que confíen en Jesús. Nuestro Señor resucitado, después de haber aparecido en la Tierra a muchas personas, ascendió para vivir eternamente con su Padre. Jesús venció a la muerte, e hizo posible que podamos morar en el cielo algún día.
Gracias a la cruz, los acontecimientos del Calvario siguen siendo de vital importancia. Tome tiempo hoy para dar gracias al Señor por la cruz.

SER AUTODISCIPLINADO

Ser autodisciplinado

7/3/2014


Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí. (Colosenses 1:29)

Como cristiano, aprenda a cultivar la autodisciplina. He aquí algunas maneras prácticas de alcanzar ese objetivo:

Comience por lo más sencillo. En su hogar, por ejemplo, comience por el gobierno de la casa en el dor­mitorio principal. Cuando se establezca esa disciplina, extiéndala al resto del hogar.

Sea puntual. Haga un hábito el estar a tiempo.

Resuelva primero las tareas difíciles. Si hace primero los trabajos más difíciles, no quedarán a medias.

Sea organizado. En vez de reaccionar ante las circunstancias, tenga un plan para el día y para la semana.

Agradezca la crítica. No esquive la crítica constructiva; acéptela como un medio de autosuperación.

Practique el renunciar. Esto puede comenzar de una manera sencilla: sustituya las comidas rápidas dañinas con una merienda saludable. La disciplina en el ámbito de lo físico se traslada al reino de lo espiritual.

Acepte responsabilidades. Recibir con beneplácito una nueva oportunidad lo obliga a ser organizado.

Estas cosas pudieran parecer insignificantes, pero pueden ser una buena práctica para llegar a ser un mejor siervo de Cristo.