No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti. Salmos 32:8-9
¿Qué camino escoger? (2)
El creyente tiene recursos para tomar buenas decisiones: La Palabra de Dios, que le enseña; también dispone de la oración para conocer el camino que <<debe andar>>. Entonces, ¿cómo debe interpretar las situaciones que se le presentan? ¿Es correcto pensar que siempre hay una aprobación divina cuando las cosas parecen agradables, o creer que existe una desaprobación sistemática cuando las circunstancias son contrarias? ¡No!
Cuando el profeta Jonás desobedeció a Dios al rehusar ir a Nínive, encontró en el momento oportuno un barco que iba en dirección opuesta (Jonás 1:3). Por el contrario, mandó el apóstol Pablo predicaba el evangelio en Éfeso, tenía muchos adversarios, sin embargo su ministerio era eficaz (1 Corintios 16:9). En el caso de Jonás las circunstancias fueron momentáneamente favorables, incluso cuando estaba haciendo su propia voluntad. Para Pablo la presencia de adversarios seguramente suponía una carga difícil de soportar, sin embargo Dios lo aprobaba en el ministerio que estaba desempeñando.
Dios puede emplear circunstancias adversas para impedir que sigamos haciendo nuestra propia voluntad, pero no debemos descansar en este pensamiento. Más bien busquemos cada día su voluntad y andemos en ella.
Lectura: 1 Samuel 25:1-22 - Mateo 20:1-15 – Salmos 18: 25-30 – Proverbios 6:12-15.