Devocional 2011-05-18

Por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Romanos 11:20

En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Salmos 73:2

Satanás y el creyente
No subestimemos la maldad de Satanás; el no pierde el tiempo. Satanás recorre la tierra y anda por ella (Job 1:7). Es según las diferentes situaciones, como un león que anda alrededor nuestro “buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8), o como la serpiente que seduce con sutileza (2 Corintios 11:3). También lanza "dardos de fuego" a los redimidos del Señor (Efesios 6:16).
Su presa preferida es el hombre fiel a Dios. Ejemplo de ello son Job, hombre "perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal" (Job 1:1), David, el amado del señor (1 Crónicas 21:1), y el mismo señor Jesús, quien soportó sus ataques durante 40 días.
La maldad de Satanás es real. ¿Qué hacer ante un enemigo tan temible? "Resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo" (1 Pedro 5:9). "Resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7). Cuando seamos atacados, defendámonos con la Palabra de Dios (Efesios 6:11).
Satanás también "se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:14). Hoy en día, a veces, sin esconderse, trata de ofrecer placeres engañosos o intimidar a los demás y hacer que se le obedezca.
Jesús lo llama "el príncipe de este mundo". Satanás utiliza el mundo para seducir a los creyentes incitarlos a hacer el mal. Pero el señor dijo a los suyos antes de subir al cielo: “confiad yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Lectura: 2 Samuel 5 – Mateo 26:47-75 – Salmos 22:6-11 – Proverbios 8:32-36.