Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. Hageo 1:6
Venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma.
Isaías 55:3
¡Existen tantos sufrimientos y fracasos!
Muchas personas sufren distintos males, y buscan cómo ser aliviadas. Piden ayuda en su propia familia, consejo a los amigos, a los psicólogos, huyen de la realidad encerrándose en una actividad profesional, incluso asisten a diferentes congregaciones… ¡Pero no sirve de nada!
Ahora bien, hace 2.500 años el profeta Hageo describió esta situación (versículo del día) y añadió: “¿Por qué?, dice el Señor…”. Sin embargo, a los que le escuchan, Dios les dice: “Yo estoy con vosotros” (Hageo 1:9-13). Esas palabras siguen siendo actuales.
Usted que ve que su matrimonio se desintegra, que su situación se deteriora, que sus amigos lo rechazan… Usted que ha perdido toda esperanza, ¡Escuche! Para ver un cambio positivo y duradero en nuestra vida, ¡Primero hay que reconocer que hemos dejado a Dios de lado! Rehusamos escuchar su Palabra y buscamos nuestros propios intereses.
Luego debemos aceptar la mano que nos tiende a través de su Hijo Jesucristo, quien vino para ofrecernos el perdón divino y un sólido fundamento para nuestras vidas. Una vida en la que Dios no tiene la prioridad tarde o temprano está condenada al fracaso. ¡Apresúrese a volverse a Dios y a darle el lugar que le corresponde! ¡Ya verá como la esperanza renacerá!