EL TAMAÑO DE LA FE


Abraham… se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
Romanos 4:20-21

La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17


El tamaño de la fe (Mateo 8:5-13)

A veces oímos decir de una persona: «¡Tiene una fe muy grande!», del mismo modo que diríamos: «Es muy inteligente». ¿Esto significa que nuestra fe estaría ligada a nuestras capacidades? ¡Por supuesto que no! La fe no es una especie de energía espiritual que está en nosotros, ni una fuerza del alma por medio de la cual hacemos algo.

No, la fe es una humilde confianza en un Dios a quien conocemos. Sabemos que Él es Poderoso para cumplir lo que prometió. Si hacemos algo por fe es porque confiamos en él.

La fe cristiana se apoya en Dios. Por ello es primordial conocer sus promesas. Nuestra fe crece en relación con nuestro conocimiento de Aquel a quien la Biblia revela, por lo tanto hay que leerla y meditarla. Eso requiere que nuestro corazón se comprometa a hacer la voluntad de Dios. Y el Espíritu Santo nos da la inteligencia necesaria para comprender los pensamientos de Dios y captar la enseñanza de Jesús.

A veces nos parece difícil creer, porque a menudo nuestros pensamientos naturales son opuestos a los de Dios. Pasamos por momentos de duda, de incertidumbre y de incomprensión de la Palabra de Dios, pero no tratemos de averiguar si nuestra capacidad para creer es grande o pequeña; Dios es grande, y no nosotros. Él es digno de nuestra confianza. Jesús dijo: “Tened fe en Dios” (Marcos 11:22).

Lectura: Ezequiel 6 – Hechos 17:1-15 – Salmos 32:1-4 – Proverbios 11:11-12