LA BIBLIA EXPUESTA



La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17

La Biblia expuesta

Al convertirse, una anciana analfabeta recibió muy gozosa una Biblia. Vivía en un pueblecito y su mayor deseo era que sus familiares y vecinos fuesen salvos mediante la fe en Jesús. Entonces se le ocurrió la idea de abrir su Biblia y colocarla encima de una mesita en frente de la puerta de su casa, para que todos los que la visitaban tuviesen por lo menos la oportunidad de leer unos versículos. La anciana oraba por todos los que pasaban, pero en especial por su marido, que era muy idólatra.

Un día, al regresar del campo, la anciana vio que la Biblia había desaparecido. Continuó orando por los que hasta ahí la habían leído, pero sobre todo por el que la había robado. Su marido, que siempre se burlaba de ella y de la Biblia, se alegró de que se la hubiesen robado.

Años después el hombre enfermó gravemente, pero días antes de morir reconoció que la Biblia era la Palabra de Dios para salvación de todos los pecadores. Se dio cuenta de que la fe que había depositado en sus falsos dioses no le daba ninguna esperanza de ser salvo. Entonces, convencido de su estado de perdición, pidió a su mujer que invitara a algunos creyentes a acudir a su lecho de muerte para que le hablasen de Jesús. Ellos con gozo fueron testigos de su conversión a Cristo. Algunos días después de haber aceptado al Señor como su salvador, se fue a la presencia del Señor.

En su viudez, la anciana volvió a exponer una Biblia en la humilde mesita, convencida de que su marido había llegado a ser salvo por haber leído y escuchado la Palabra de Dios.

Lectura: Ezequiel 10 – Hechos 19:23-41 – Salmos 33:10-15 – Proverbios: 19-20