Ser
cristiano no es tan sólo venir a la Iglesia, levantar las manos y cantar. Ser
cristiano no es tan sólo vivir emociones, profetizar, ver milagros y hablar en
lenguas. Ser cristiano no es tan sólo conocer vastamente la palabra y ser
conocido como maestro de maestros.
El
cristianismo se fundamenta en la unidad con Él y el Deleite que tengamos de su
Majestad. Aquí está la clave para mantener vivo el primer amor y llevar un
cristianismo victorioso.
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Salomón
expresó este hecho así: Ya todo está dicho. Honra a Dios y cumple sus mandamientos,
porque esa es la plenitud del hombre. Eclesiastés 12:13
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El
salmista Asaf dijo: ¿A quién tengo en el cielo? ¡Solo a ti! Estando contigo
nada quiero en la tierra. Todo mi ser se consume, pero Dios es mi herencia
eterna y el que sostiene mi corazón.
Salmo 73: 25-26
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El
salmista David exclamó: Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un
banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría. Por las noches, ya
acostado, te recuerdo y pienso en ti,
pues tú eres quien me ayuda. ¡Soy feliz bajo tus alas! Salmo 63:5-7
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El
apóstol Pablo manda: Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito: ¡Alegraos!
Filipenses 4:4
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Jesús
nos declara: “Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece
unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer” Juan
15:5
Disfrutar de Dios es la clave para
llevar una vida cristiana victoriosa una comunión perfecta con Él. Piense en
las implicaciones de alegrarnos, deleitarnos, gozar cada día de nuestro Dios.
Deléitate asimismo en
Jehová,
Y él te concederá las
peticiones de tu corazón.
Encomienda a Jehová tu
camino,
Y confía en él; y él hará.
Salmo 37:5-6.
LECTURA: Salmo 63.