Al que aportillare vallado, le morderá la serpiente. Eclesiastés 10:8
Espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios. 1 Samuel 9:27
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7
Stop
El código de circulación obliga a los conductores a detenerse cuando se encuentran ante la señal «stop». Además de infringir la ley, saltarse un stop puede ocasionar trágicas consecuencias. Las prohibiciones que hay en la Biblia tienen el mismo valor que esas señales de stop. Sin embargo, hoy en día mucha gente considera que las órdenes terminantes de la Biblia son medidas inútiles, prohibiciones pasadas de moda u obligaciones insoportables.
Imaginemos una gran ciudad en la que se quitasen los semáforos. Apelando a la libertad, todo el mundo pasaría por los cruces como quisiese. ¡Es fácil representarse el enorme caos!
Pero abandonar las buenas costumbres, el asentamiento de la unión libre, la trivialización de lazos contra naturaleza, etc. son stops que se han suprimido paulatinamente. Eso trae tristes consecuencias y acelera la decadencia de nuestra sociedad. Dios establece prohibiciones para el bien de sus criaturas, y si las ignoramos sufriremos las consecuencias. Él actúa como a menudo lo hacen los padres con sus hijos, por su seguridad, por amor. Dios nos ama mucho más y nos lo demuestra de diversas formas. Su Palabra contiene algunas prohibiciones, pero también contiene inmensas riquezas reveladas en Jesús: la gracia que salva al pecador, que le da la vida y luego le enseña cómo vivir.
Lectura: Ezequiel 18 – Hechos 24 – Salmos 35:22-28 – Proverbios 12.3-4