Devocional 2011-05-17


Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas él Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Lucas 9:58


 Nosotros lo hemos recibido mal, pero Él nos recibe bien.
El hecho de haber sido mal recibido en casa de alguien nos quita el deseo de invitar a esa persona y tratarla como a un rey. Pero esto no fue lo que hizo el Hijo de Dios con la humanidad.
¿Cómo fue recibido? "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11). María "dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón" (Lucas 2:7).
Al final de la vida de Jesús en esta tierra, su pueblo no quiso saber nada de él y pidió a grandes voces que lo matasen. Prefirieron poner en libertad a Barrabás, un asesino y matar a Jesús. El mundo no tenía lugar para Él, el único lugar que le ofreció fue la cruz. ¿Tendría hoy uno mejor?
Cuando lo crucificaron, Jesús dijo a su Padre: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34). Y allí, en la cruz, llevó en nuestro lugar el castigo que merecíamos delante de Dios. Así es como Jesús responde a la maldad de los hombres. Con este mismo amor sin igual obra para con usted, lector.
A todos los que creen en Él, Jesús les ofrece un lugar junto a Él en la casa del Padre: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay... voy, pues, a preparar lugar... Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14: 2-3).
Y usted, ¿le dará hoy un lugar en su vida? ¡Un es la mejor respuesta que puede darle!
Lectura: 2 Samuel 4 - Mateo 26:14-46 - Salmos 22:1-5 - Proverbios 8: 28-31