Devocional 2011-07-28


Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás.
Job 42:3-4

¿Es necesario comprenderlo todo?

«También creo en Dios porque me di cuenta de que nuestra inteligencia nunca podrá captar los innumerables misterios que nos asedian: el del mal y el del sufrimiento, así como el de la inmensidad del espacio en donde resplandece la tierra de los hombres…

Hacer a Dios responsable del mal es como renunciar a nuestra libertad. Lo que en realidad buscamos cuando hacemos a Dios responsable del mal y del sufrimiento es absolvernos a nosotros mismos de nuestras debilidades, vicios y bajezas.
Por lo demás sé que, en medio del sufrimiento, todos descubrimos una nueva dimensión de nuestra vida; pero para mí como para todos, el sufrimiento de los inocentes es un gran misterio.

Con razón alguien dijo: «Acepto no comprender». Si pudiese comprender todo el universo en el que vivo y que, por ejemplo, la puerta del sufrimiento de los inocentes fuese la única que permaneciese cerrada a mi inteligencia, me sentiría molesto. Pero sé que hay muchas otras puertas que permanecen cerradas.

Ahora bien, las razones que tengo para creer son mucho más numerosas y de mayor peso que las que tendría para dudar. Hoy, en el ocaso de mi vida, todavía no comprendo cómo puede haber tantos hombres que no quieran creer en Dios».
Albert Chambon, embajador francés (1909-2002)

Dios no es el responsable del pecado, pero si permite el sufrimiento en sus hijos; para purificar, por juicio hacia el pecado, pero en todo, a los que amamos a Dios todas las cosa nos ayudan a bien. (Para la salvación de nuestras almas) Romanos 8.28.

Lectura: 2 Samuel 24 – Hechos 13:1-25 – Salmos 30:1-5 – Proverbios 10:31-32

Devocional 2011-07-23

La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 6:23

Al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Santiago 4:17

La fuerza del regalo

¿Es difícil aceptar un regalo? En cierto modo sí, quizá porque hay que deshacerse de la mentalidad de un mundo en donde todo se compra o se merece. En cambio, en el ámbito espiritual, nunca podré encontrar la felicidad si permanezco en una lógica de méritos, de derechos y de deberes. Esta lógica quizá sea muy común en nuestra sociedad, pero para entrar en el reino de Dios tengo que superarla.

«Ser cristiano» no es cumplir primeramente con un deber o hacer buenas obras. No, lo primero es recibir los dones de Dios. Su don supremo es su Hijo Unigénito, Jesús (Juan 3:16). Ser cristiano es, por lo tanto, haber creído en él. Entonces confieso mis pecados y recibo el perdón y la vida eterna. Y, a pesar de mis faltas, aunque esté en lo más profundo de la tristeza y de los sufrimientos, Dios me levanta, me sostiene, me libera y me da la fuerza para seguir al Señor.

A partir de ese momento podré aprender a dar de modo desinteresado, por amor. “El justo da, y no detiene su mano” (Proverbios 21:26). No se trata sólo de ser honesto, sino también de compartir y dar. Seré justo si acepto que lo que tengo pertenece a Dios, quien lo puso en mis manos. Uno puede ser honesto y egoísta a la vez… En la Biblia leemos: “De gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8). “El que da al pobre no tendrá pobreza”. “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado” (Proverbios 28:27 y 11:25).

Lectura: 2 Samuel 23 – Hechos 12 – Salmos 29:7-11 – Proverbios 10: 29-30

Devocional 2011-07-19


Señor… me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre. Salmo 131:1-2

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:7

Como un niño.

El niño acurrucado en el pecho de su madre es la representación de la confianza y del bien­estar. Está satisfecho más allá de todo lo que pudiese desear. Esto es así para todo niño que tiene el privilegio de tener una madre buena y cariñosa. Pero cuando el niño crece, a menudo esa sensación de bienestar se ve reemplazada por la inquietud, pues tiene que entrar y arreglárselas en el turbado mundo de los adultos.

¿Esta paz sólo existe en la infancia? Algunos creen que sí. Las condiciones de la vida moderna son muy estresantes para muchos, y eso a pesar de los avances de la ciencia y de la tecnología que aseguran una comodidad innegable y cierta seguridad.

¡Pero incluso en un mundo turbado, todavía es posible experimentar la paz! Por la fe en Jesucristo tenemos paz con Dios y pasamos a ser sus hijos. Es un Padre lleno de compasión y nos cuida. Nada se escapa a su control. Conducidos por Jesús hacia esta feliz relación con su Padre, aprendemos a gustar la paz, la paz de Dios.

Entonces podemos abandonar todo aquello que nos turbe: el sentimiento de culpabilidad, el orgullo, la inquietud, los celos y muchas cosas más. De este modo podemos vivir por la fe, bajo la mirada de Dios. La paz rebosará de nuestro corazón y la serenidad llenará nuestro espíritu.

Lectura: 2 Samuel 22:31-51 – Hechos11 – Salmos 29:1-6 – Proverbios 10:27-28

Devocional 2011-07-14



No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Éxodo 20:16

Desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo.
Efesios 4:25

9° mandamiento: No darás falso testimonio

«Se buscan testigos del accidente ocurrido el… Se ruega presentarse en la comisaría de policía más cercana». ¿Se hallará uno o varios testigos cuyo testimonio sea capital para la investigación de los hechos? La sociedad pide testigos para un accidente, para un juicio ante el tribunal, para un casamiento… Los testigos sirven para atestar la veracidad de un hecho. Sus declaraciones son fundamentales para determinar la responsabilidad de una persona, para orientar las investigaciones hacia el autor de un robo o de un crimen. Es muy importante que su testimonio sea fiable y que refleje exactamente la realidad.

El noveno mandamiento de la ley de Dios condena firmemente el falso testimonio, el que falsifica la verdad, el basado en la mentira, independientemente del motivo que lleve al testigo a darlo así, ya sea para perjudicar o para favorecer. ¡Cuántos errores judiciales, reputaciones manchadas, inocentes condenados y culpables disculpados debido a falsos testimonios!

A lo largo del proceso de Jesucristo, el más injusto que haya existido, varios testigos dieron falso testimonio contra Jesús.
“Dios es amor” (1 Juan 4:8), pero también es el Dios de verdad (Salmo 31:5). “El Señor aborrece… el testigo falso que habla mentiras” (Proverbios 6:16, 19), incluidas las «medias mentiras». Él espera que día a día los creyentes rechacen la mentira y digan la verdad cuando hablen con su prójimo; testimonio que no pasará desapercibido.

Lectura: 2 Samuel 22:1-30 – Hechos 10:25-48 – Salmos 28: 6-9 – Proverbios 10:26

Devocional 2011-07-13

No hurtarás.
Éxodo 20:15

8° mandamiento: No hurtarás

« ¡Ladrón, ladrón!…» ¡Ya no estamos en la época en que se viajaba en carrozas, asaltadas en los bosques por bandidos que tomaban el bolso de los viajeros! La forma de viajar cambió, ¡Y la de robar también! En estos comienzos del siglo 21, el robo presenta múltiples facetas: apropiarse del bien ajeno por la fuerza, es decir, a mano armada, empleando la técnica del carterista, chantajeando…

El fraude también es un tipo de robo: tomar del otro más de lo que nos debe o no darle lo que se le debe. Vivimos en un mundo donde continuamente debemos estar alerta contra el robo, ya sea empleando cámaras de vigilancia o sistemas de alarma… En una sociedad que tiene cada vez más dificultades para distinguir entre el bien y el mal, a veces robar se vuelve un juego y al mismo tiempo un método para adquirir dinero sin trabajar. Pero a pesar de la evolución de las técnicas de robo, hay una cosa que no cambia, a saber, el mandamiento dado por Dios en su ley: “No hurtarás”. No hay nada que se esconda de Dios, pues él está al tanto de todas las obras de los habitantes de la tierra (Salmo 33:13-15), y un día pagará a cada uno según sus obras (Romanos 2:6). En un mundo que sufre tanto de todo tipo de robos, “el que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28).

Viniendo a Cristo y obedeciendo su Palabra, sucederá que las manos que antes estaban listas para robar se pondrán a trabajar, incluso para ayudar a los necesitados. ¡Qué cambio!

Lectura: 2 Samuel 21 – Hechos 10:1-24 – Salmos 28:1-5 – Proverbios 10:24-25

Devocional 2011-07-12


Dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros… por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Génesis 9:12-13

Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13

El arco iris

A veces, tras una tormenta, siempre maravillados, vemos aparecer el arco iris, luminoso, multicolor. Este se produce cuando los rayos del sol atraviesan la lluvia. La luz del sol nos parece blanca, pero en realidad está compuesta por luces de diferentes colores. Cuando un rayo de sol atraviesa una gota de agua, cada color se desvía ligeramente de su trayectoria. Por ello miles de gotas de agua que flotan en el aire después de la lluvia separan la luz del sol en luces de colores que van desde el rojo, ubicado siempre al exterior, al anaranjado, al amarillo, al verde, al azul, al índigo y al violeta.

El arco iris indica el fin de una tormenta. Para nosotros, creyentes, también es la señal de la fidelidad de Dios hacia todos los hombres a través de los siglos. Sí, Dios dio el arco iris como señal de que no enviaría nunca más un diluvio a la tierra.

Amigos creyentes, no olvidemos el mensaje del arco iris durante las tormentas de nuestra vida. Cuando llueve fuerte y el viento sopla, necesitamos ánimo y fe para recordar que la tormenta terminará y que el arco iris volverá a brillar.

Confiemos en la fidelidad del que se comprometió a ser nuestro Dios.

Lectura: 2 Samuel 19:24-43 – Hechos 9: 1-22 – Salmos 27: 5-8 – Proverbios 10:20-21.

Devocional 2011-07-09

Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5:10

Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo… Cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
Romanos 14:10-12

La huella

Una hermosa mañana de verano mi esposa y yo andábamos por una playa de arena fina. Cada uno de nuestros pasos dejaba la huella exacta de nuestros pies en el húmedo suelo, de manera que podíamos distinguir sin dificultad las huellas del uno y del otro.

Del mismo modo, en el camino de la vida, nuestra conducta, nuestros proyectos y nuestros trabajos dejan una huella «legible» para aquellos que nos rodean, pero más aún para Dios, quien “ve todos” los pasos del hombre (Job 34:21). Todos los creyentes, es decir, los verdaderos cristianos, comparecerán ante el tribunal de Cristo. ¿Habrá acusados? No, pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). En cambio, durante esta «sesión», la obra de cada uno de ellos será puesta de manifiesto (1 Corintios 3:13-15). Si alguien hizo algo que no soporta el fuego del juicio divino, esta obra será consumida y su autor “sufrirá pérdida”. Si alguien hizo las “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano” (Efesios 2:10), Dios lo aprobará (1 Corintios 4:5). Notemos de qué manera Dios escribe la historia de los creyentes: tiene en cuenta lo que fue hecho “por la fe” (Hebreos 11). Glorifiquemos a Dios por medio de nuestras palabras y acciones. Sigamos al Señor con abnegación, andando en sus pisadas.

Lectura: 2 Samuel 19:24-43 – Hechos 9:1-22 – Salmos 27:5-8 – Proverbios 10: 20 -21

Devocional 2011-07-08


¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él. Proverbios 26:12

Que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. 1 Corintios 2:5


El fracaso de los moralistas

Pensadores, filósofos y moralistas, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días han tratado de mejorar el corazón humano. Si vemos las cosas desde ese ángulo, el balance global de su actividad sigue siendo negativo. La mentira, el egoísmo y la inmoralidad están tan extendidos en la sociedad actual como en el pasado.

Este fracaso ya había sido anunciado. Dios nos dice desde hace más de 2.000 años: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).

Usted me dirá que el cristianismo tampoco mejoró el corazón de los seres humanos. Es cierto, pero Dios, que conoce el corazón, no envió a su Hijo al mundo para mejorarlo. El hombre es como un deudor insolvente. Cristo vino para pagar la deuda de ese deudor y darle una nueva vida. Tomó sobre sí la deuda de nuestros pecados como si fuese la suya, y la pagó en nuestro lugar. Murió en la cruz para que todo el que cree en él tenga la vida eterna.

Por naturaleza el creyente no tiene un corazón mejor que los demás hombres, pero a partir del momento en que Jesús le da esta vida nueva, puede parecerse al Señor haciendo el bien, con humildad, porque su Salvador le da la fuerza para realizarlo. Puede aborrecer lo malo y seguir lo bueno (Romanos 12:9).

Lectura: 2 Samuel 19:1-23 – Hechos 8:26-40 – Salmos 27:1-4 – Proverbios 10:19

Devocional 2011-07-07

Un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9:6

He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Isaías 7:14

El nombre de Jesús

María “dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21). “En el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano… En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:10-12).
“Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11). Estas cosas “se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31).

“Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).

Nombre del Amor insondable,
Del Cordero, el Dios redentor,
Del Cristo, el Fuerte, el Admirable,
De un mundo reo el Salvador.

Lectura: 2 Samuel 18 – Hechos 8:1-25 _ Salmos 26:8-12 – Proverbios 10:17-18

Devocional 2011-07-06

Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
2 Corintios 12:9-10

El que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Gálatas 6:3

¿Fuerte o débil?
La vida humana es un camino desde la debilidad hasta la debilidad. El recién nacido depende de su madre para alimentarse, para desplazarse… Por su parte el anciano también depende de los cuidados de los demás. A cualquier edad, ¿Estamos acaso al abrigo del cansancio, de las enfermedades o de un accidente? Creernos fuertes y poderosos es despreciar una parte de nuestra vida. Ser humano es aceptar la fuerza y la fragilidad. También es aceptar y amar a los demás tal como son, débiles o fuertes.

Los creyentes no estamos librados del cansancio, los fracasos, el sufrimiento… ¿Parece una constatación pesimista? No, pues aquel que es consciente de ello y confía en Dios descubre que su debilidad no es un obstáculo para servir a Dios, sino todo lo contrario. El apóstol Pablo escribió: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte”. El sentimiento de que no tengo ningún recurso en mí mismo ofrece a Dios la posibilidad de desplegar los suyos por su Espíritu. Muchos creyentes han experimentado que Dios los empleó cuando estaban sin nada, enfermos, incapacitados, ancianos… En estas situaciones difíciles esperaron verdaderamente en Dios. Oraron y él los escuchó. El sentimiento de su impotencia fue como una llave para abrir los corazones al amor de Dios.

Lectura: 2 Samuel 17 – Hechos 7:30-60 – Salmos 26:1-7 – Proverbios 10:15-16

Devocional 2011-07-05

No cometerás adulterio.
Éxodo 20:14

El Señor ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
Malaquías 2:14

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama… y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Juan 14:21

7° mandamiento: No cometerás adulterio

Llegó el gran día! En un ayuntamiento de Francia los futuros esposos escuchan al alcalde que les lee los artículos del Código Civil creado por Napoleón en 1804: «Artículo 212: Los esposos se deben mutua fidelidad…». Este compromiso, ¿Será respetado por esta pareja? ¿Saben que la fidelidad es un mandamiento de Dios: “No cometerás adulterio”?

En nuestra sociedad permisiva, la fidelidad es considerada como una virtud anticuada. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio son lo más normal en las películas, las novelas, las canciones… Ya no se habla de adulterio, sino de unión, de aventura… La búsqueda del placer personal, egoísta, borra la dimensión moral, el sentido bíblico de la sexualidad. Al dar este mandamiento, Dios conocía las necesidades de su criatura: necesidad de seguridad, de sentirse amada tanto en los buenos como en los malos momentos, necesidad de hacer feliz a su cónyuge dándose a sí mismo. La infidelidad en la pareja pisotea esas necesidades fundamentales, acarrea sufrimientos y, a menudo, la ruptura de una familia. Las primeras víctimas son los niños, que suelen quedar marcados para toda la vida. La sociedad actual es prueba de ello. ¡No, la ley de Dios no está desfasada ni es irrealista!

Lectura: 2 Samuel 16 – Hechos 7:1-29 – Salmos 25: 16-22 – Proverbios 10.13-14