HAMBRUNA ESPIRITUAL



HAMBRUNA ESPIRITUAL




¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. Salmo 119:103



Muchos de nosotros vivimos en países donde la comida es abundante y la gente está bien alimentada. Es por eso que no conocemos mucho los síntomas de la inanición. Al principio, las victimas tienen ansia insaciable de alimento. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el cuerpo se debilita, la mente se embota, y el deseo de comer disminuye. De hecho, la genter que padece hambre en realidad llega a un punto en que ni siquiera desea la comida que le ponen por delante.

El hambre espiritual sigue un patrón muy parecido. Si hemos estado alimentándonos a diario de la Palabra de Dios es natural sentir “hambre” cuando no pasamos tiempo a solas con Dios. Pero si seguimos descuidándonos, podríamos perder todo deseo de estudiar las Escrituras. En realidad, puede que estemos padeciendo inanición.

¿Cuánto tiempo pasas leyendo la Biblia y meditando en sus verdades? ¿Extrañas la Palabra cuando la descuidas? Thomas Guthrie escribió: “Si descubres que amas un placer cualquiera más que tus oraciones, cualquier libro más que la Biblia, cualquier personas más que a Cristo, o cualquier indulgencia más que la esperanza del cielo, consideralo una alarma.”
Si has perdido el gusto por el “pan de vida” confiesa tu negligencia y pídele a Dios que reavive tu apetito por su Palabra. ¡Evita el hambre espiritual!


UNA BIBLIA BIEN LEÍDA ES SEÑAL DE UN ALMA BIEN ALIMENTADA.
 

EL DOLOR QUE PERFECCIONA


Más el Dios de toda gracia… os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 1Pedro 5:10

EL DOLOR QUE PERFECCIONA

Como hijos del Padre celestial podemos dar gracias por qué El nos ama lo suficiente  como para disciplinarnos. Todo lo que nos manda o  lo que permite en nuestras vidas es “para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad” (He. 12:10)

En el libro Flashes of thrut (destellos de verdad), James Duff escribe: Los colores que se pintan en la vajilla se pegan al barro con fuego. Se dice que lo que ha de convertirse en un color dorado en el artículo acabado es un líquido oscuro antes de que se le aplique el fuego. Las primeras dos o tres aplicaciones de calor, borran todo rastro de color, el cual tiene que renovarse una y otra vez.

Así sucede con la manera en que Dios trata con nosotros. No bien termina Dios de hacer una obra en nosotros cuando nos mete en el horno de fuego del dolor o la tristeza… ¿para qué? Para que por el fuego, la belleza del carácter -la obra del alfarero celestial- pueda ser permanente en nosotros.

¿Te encuentras el en horno de la aflicción? Recuerda, el Padre celestial te ama. Si no te mara te estaría ignorando. En su gran sabiduría está obrando para perfeccionarte, afirmarte, fortalecerte, y establecerte (1Pedro 5:10). Por tanto, aunque no entiendas sus caminos, puedes confiar en Él y estar agradecido porque permite el dolor que perfecciona.

EL CARÁCTER DE UN CRISTIANO, AL IGUAL QUE UNA HERMOSA GEMA, SE FORMA POR PRESIÓN Y SE PULE POR FRICCIÓN

DIOS PUEDE HACER MILAGROS II


Testificando Dios juntamente con ellos, con... diversos milagros… según su voluntad. Hebreos 2:4

DIOS PUEDE HACER MILAGROS II.

No podemos encajonar a Dios. Él muestra al mundo su poder sobrenatural según  su propia voluntad, no la nuestra, y a veces de una manera que no parece milagrosa.

En la película basada en la novela The robe (la Túnica),  Un Centurión romano llamado Marcellus se quedó perplejo mientras miraba a una mujer paralítica tocando la lira y cantando alabanzas a Dios. Le dijeron que cuando ella tenía 15 años se había quedado paralítica y que eso la había amargado mucho. Sin embargo, cuando conoció a Cristo, fue transformada en una mujer llena de gozo. “Pero todavía no puede caminar” - protestó Maecellus enojado-. Si Jesús tiene un poder tan grande, ¿por qué no la curó? -¡La curó!- fue la respuesta.

Un  discípulo de nuestros días llamado Miguel tiene un testimonio similar. Aunque está paralítico y confinado a una silla de ruedas, viaja por todo el mundo en el poder vigorizador de Cristo y para su causa. Siempre que la gente le pregunta por qué Dios no lo ha sanado, él contesta: “Estoy curado, ¡es sólo que no puedo caminar!”

En el pasado, Dios autenticó a sus mensajeros con señales, maravillas, milagros y dones del Espíritu Santo (Heb 2:4).  Hoy, la mayor demostración del poder de Dios es el milagro del nuevo nacimiento y las vidas transformadas. ¿El mundo que nos observa, ve en nosotros que Dios obra milagros?

Hoy la tendencia es ver qué hace Jesús fuera de la persona, pero la obra más grande de Cristo se encuentra en tu corazón, allí ocurre el más grande milagro. ¡Dios hace milagros! Que no quepa duda.

CUANDO JESÚS PRODUCE EN TI UNA DIFERENCIA, TÚ PRODUCES UNA DIFERENCIA EN EL MUNDO.

DIOS SE OCUPA DE LOS SUYOS

Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan… y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?… Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan… Si así viste Dios la hierba… ¿cuánto más a vosotros? Lucas 12:24-28.

El gran Dios creador se ocupa de los suyos.


¡Cuán grande y digno de adoración es Dios! Ningún detalle de nuestra vida le es indiferente. Él, quien creó el cielo y la tierra por medio de su palabra, “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3), también se ocupa de las necesidades cotidianas de sus hijos. ¡Hasta nuestros cabellos están contados! (Mateo 10:29-30). A nosotros hay cosas que nos parecen más importantes y otras menos, porque las medimos con nuestras facultades limitadas. Pero el Todopoderoso, quien formó las galaxias del Universo, “da a la bestia su mantenimiento, y a los hijos de los cuervos que claman” (Salmo 147:9). A todos los que creen en Jesucristo, él se da a conocer como Padre. Nos invita a confiar en él en todas las cosas, incluso en las que pensamos que podemos hacer sin él.


Aprendamos a reconocer el interés y la atención que Dios nos presta en todas nuestras situaciones; así podremos ver actuar, sea inmediatamente o más tarde, la mano de un Padre sabio, todopoderoso y amante. A cada paso discerniremos el bien que su presencia y su intervención aportan. Eso nos llevará a confiar cada vez más en él y a exponerle continuamente nuestras peticiones, grandes o pequeñas, con acciones de gracias (Filipenses 4:6). Así aprendemos a echar sobre él todas nuestras preocupaciones, comprobando día tras día su protección y amor (1 Pedro 5:7).

DIOS PUEDE HACER MILAGROS


Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.  Job 42:2

¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos? Hechos 26:8

DIOS PUEDE HACER MILAGROS

En 1937 el físico alemán Max Planck se atrevió a declarar: "la fe en los milagros debe dar paso al constante e irreversible avance de las fuerzas de la ciencia". Hoy la historia se repite y mucha gente opina lo mismo, piensa que si alguien cree en Dios y los milagros es porque no conoce suficientemente las leyes de la naturaleza.

Pero lo cierto es lo contrario: los primeros cristianos sabían muy bien que cuando un hombre muere no vuelve a la vida, pues conocían la ley natural de la muerte biológica. Pero al ver y oír a Jesucristo resucitado, presenciaron el milagro fundamental del cristianismo.

Afirmar que hay un Dios es lógico. Los avances de las investigaciones científicas destacan cada vez más la extraordinaria y admirable complejidad de lo que existe. Todo eso tiene necesariamente un Creador, el único que posee los secretos de su coherencia (Romanos 1:20). Y si hay un Dios que creó todo, es decir, la materia, la razón, el tiempo, el espacio y todas las leyes de la naturaleza, los milagros son posibles. Dios es libre de intervenir en su creación. Lo hace por medio de las leyes de la naturaleza y, de forma excepcional, mediante milagros. Todo está sometido a su autoridad. Los Evangelios relatan muchas pruebas de esto.

¿Sabe usted cuál es el mayor milagro? El amor. Jesucristo amó tanto a los hombres que murió en la cruz para salvar de la muerte y de la perdición a todos los que en él creen. Pero resucitó y vive para siempre.

Lectura: Romanos 1:20-25

SOY DE CRISTO


SOY DE CRISTO

El día de hoy visitaba a una mujer muy enferma, agonizaba ya. Es difícil dar aliento a la persona y a la familia en medio de estas situaciones. El único aliento que podemos recibir en medio de estás circunstancias es saber que somos de Cristo. Que ni la vida ni la muerte ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar de su amor. Lee el siguiente texto y hazte la siguiente pregunta: en verdad ¿soy de Cristo? Si desea conocer más de ésta pregunta no dude en contactarnos.


  1. Pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?

Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte (a), no me pertenezco a mí mismo (b), sino a mi fiel Salvador Jesucristo (c), que me libró del poder del diablo (d), satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados (e), y me guarda de tal manera (f) que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer (g) antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación (h). Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna (i) y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.

a.    Rom.14:8
Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. De manera que, tanto en la vida como en la muerte, del Señor somos.

b. 1 Cor. 6:19
¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños.

c. 1 Cor. 3:23
Ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios

d. Hebr. 2:14
Así como los hijos de una familia son de la misma carne y sangre, así también Jesús fue de carne y sangre humanas, para derrotar con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo.


e. 1 Pedro 1:18, 19;
Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido  que heredaron de sus antepasados; y ustedes saben muy bien que el costo de este rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro o la plata,  19sino con la sangre preciosa de Cristo, que fue ofrecido en sacrificio como un cordero sin defecto ni mancha.

f. Juan 6:39
Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último.

g. Mateo 10:30
En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno.

h. Rom.8:28
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.

i. Rom. 8:14
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.

UN DIOS ADMIRABLE


Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado... ¡cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡cuán grande es la suma de ellos! Salmos 139:14-17

UN DIOS ADMIRABLE

¡Cuán maravillosas son las obras de Dios! La creación me deja sin palabras, pues manifiesta tanto el poder como la infinita sabiduría de Dios, pero estoy aún más sorprendido y admirado de que Dios haya amado a una criatura tan rebelde e ingrata como yo. Tengo una viva esperanza y una firme confianza en Dios, las cuales están basadas en lo que Él hizo por mí.

En efecto, lleno de misericordia, Dios me buscó cuando yo no quería saber nada de Él. El hecho de haberlo ofendido debería hacer que me odiase y me rechazase. Pero sucedió todo lo contrario: Dios quiso pagar el gran precio para reconciliarme con Él. En Jesucristo veo a Dios en la condición de hombre, quien sufrió y murió por mí que soy indigno, para hacerme justo, cosa que no hubiese podido hacer por mí mismo. Debido al sacrificio de Cristo, ese Dios "misericordioso y clemente" (salmos 103:8) manifiesta su misericordia a los que amó. La tuvo conmigo; y ante él mis pretendidos méritos no sirven para nada. Ahora puedo contar con él como un niño lo hace con su padre. Sé que no es tan sólo el todopoderoso creador, si no que se interesa y tiene su mirada puesta especial y continuamente en mí. Sí ¡Dios me ama!

Pero, lector, ¡no piense por eso que tengo suerte! Dios no hace distinción de personas; pagó el mismo precio por todos los que amó, y ofrece a cada uno su gracia. ¡También desea que usted pase a ser su hijo!

EL AMOR DE DIOS POR SUS HIJOS ES TAN GRANDE, QUE ESCAPA A TODO ENTENDIMIENTO HUMANO.
Lectura: Juan 3

ORA: ¡DIOS ESCUCHA!


Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. Salmos 34:15

ORA: ¡DIOS ESCUCHA!

Cuando era muchacho me preguntaba cómo podía Dios escuchar tantas oraciones al mismo tiempo. ¿Cómo era posible que oyera cada una de ellas y pudiera separar el barboteo de palabras? ¿Y cómo podía contestar esas oraciones cuando una persona oraba por lluvia y otra para que brillara el sol, ambas el mismo día?

Estos problemas ya no me perturban, aun cuando sigo sin poder explicar cómo puede Dios contestar nuestras oraciones. Sin embargo, sí sé que Dios es omnisciente y omnipresente, y que su sabiduría y su poder sobrepasan nuestra comprensión.

No tenemos que esperar turno para acudir a Él, ni tampoco debemos esperar a que llegue la oportunidad adecuada. En cualquier momento y lugar podemos elevar nuestras voces al señor en plena certeza de que nos escuchará. Y Dios hace más que recibir nuestras peticiones: Él comprende y percibe exactamente lo que sus hijos le piden en fe.

¿Te ha escuchado Dios hoy? Él te invita a que presentes tus peticiones delante de Él. ¡Qué tragedia que tantos de sus hijos pasen el día sin pronunciar ni una oración al que se deleitan escuchar sus voces! Proverbios 15:8 dice: “… la oración de los retos que él su gozo.” Así que, ora. ¡Dios escucha!

LA LÍNEA DE ORACIÓN AL CIELO NUNCA ESTARÁ OCUPADA.

Lectura: San Mateo 6:5-15

UN CRISTIANISMO VERDADERO


UN CRISTIANISMO VERDADERO

Ser cristiano no es tan sólo venir a la Iglesia, levantar las manos y cantar. Ser cristiano no es tan sólo vivir emociones, profetizar, ver milagros y hablar en lenguas. Ser cristiano no es tan sólo conocer vastamente la palabra y ser conocido como maestro de maestros.
El cristianismo se fundamenta en la unidad con Él y el Deleite que tengamos de su Majestad. Aquí está la clave para mantener vivo el primer amor y llevar un cristianismo victorioso.

·         Salomón expresó este hecho así:   Ya todo está dicho. Honra a Dios y cumple sus mandamientos, porque esa es la plenitud del hombre. Eclesiastés 12:13

·         El salmista Asaf dijo: ¿A quién tengo en el cielo? ¡Solo a ti! Estando contigo nada quiero en la tierra. Todo mi ser se consume, pero Dios es mi herencia eterna y el que sostiene mi corazón.  Salmo 73: 25-26

·         El salmista David exclamó: Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría. Por las noches, ya acostado, te recuerdo y pienso en ti,  pues tú eres quien me ayuda. ¡Soy feliz bajo tus alas! Salmo 63:5-7

·         El apóstol Pablo manda: Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito: ¡Alegraos! Filipenses 4:4

·         Jesús nos declara: “Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí nada podéis hacer” Juan 15:5

Disfrutar de Dios es la clave para llevar una vida cristiana victoriosa una comunión perfecta con Él. Piense en las implicaciones de alegrarnos, deleitarnos, gozar cada día de nuestro Dios.

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Salmo 37:5-6.



LECTURA: Salmo 63.